La cerveza tiene nombre de mujer.

Nuestra historiadora de cabecera y gran amiga, recién llegada de Detroit, Jane Peyton, ha hecho un estudio estudioso en el que nos revela que la cerveza fue inventada por las mujeres hace una pila de años.

Instantánea de la conferencia en tol meollo

Hace unos 7.000 años, allá en Mesopotámia y Sumeria, donde surgió la primera civilización (vamos, que dejaron de ir pa aquí y pa allá, y empezaron a plantar) las mujeres, que siempre hemos sido muy de observar, se dieron cuenta de la cebada amontonada y húmeda, producía un líquido espumoso que… oye… así bebido… estaba bueno!!!

Y claro… como el tema de la fermentación no estaba muy oído, lo atribuyeron a algo divino. Es aquí dónde entra Ninkasi, diosa de los líquidos que alegraban la vida, y a la sazón arquitecta y cervecera.

 

Unos añicos mas tarde, por el siglo XII, hace aparición una mujer que nos tiene obnubiladas; Santa Hildegarda Von Bingen, natural de Soria (que no, que es de Bermersheim).

La Hilde, abadesa, científica, visionaria y profetisa, entre sus múltiples facetas, era muy de experimentar con hierbas. Y un buen día, no se le ocurrió otra cosa que añadir el lúpulo a la elaboración de lo que viene a ser la birra.

Lienzo de la Santa.. Museo del Santo susurro fermentado.

Seguimos para Bingo…En el siglo XVIII, las mujeres nórdicas, respaldadas por la ley, eran las únicas que podían producir cerveza.        ¡¡¡Chúpate esa!!!.

En Inglaterra también era cosa de mujeres, que Isabel I  le daba al alpiste ya desde el desayuno.

Y en estos momentos de rabiosa actualidad, os tenemos que abandonar porque nos vamos a tomar unas garimbas, que tenemos seco el gaznate!!!