«Febrerico el corto, un día peor que el otro»
«Año bisiesto, año funesto»
Y nosotras nos preguntamos, ¿a qué viene tanta inquina, tanto rencor? ¿qué pasa con febrero?
Que porque sea el rarito , y no se decide, ¿ya no mola?, ¿no puede tener dudas?. Millas o yardas, pelo afro o mechas californianas, torreznos o patorrillo. Pues si, es caprichoso, ¿pero quién no lo es…?
«Día arriba día abajo, el cencerro con badajo»
Febrero es mes de ventosidades y regûeldos. No hay nada como un buen cuesco después de meterse entre pecho y espalda un Romanescu a la Cheslong, (miembro, pelín hipter, del clan de las crucíferas, rollizas y turgentes, tan propias de esta época del año).
Sinfonía No3. Flatulencia en Sol Menor. Allegro ma non troppo.
Y además, tenemos el santoral a rebosar, hasta las mismísimas cartolas, santa Águeda, san Blas, san Violentín, las candelas, y este año don Carnal, que no es santo, pero le veneramos como tal. Aunque nosotras seamos más de vísperas, una santa viste mucho.
Y como buenas mamíferas que somos, en febrero entramos en celo. ¡Avisao queda!.
Pd.- Al ser ser 2020 y caer en bisiesto, hemos aprovechao pa apuntarnos a un curso intensivo de inglés acelerado y cinquillo clásico.
«Año bisiesto, ni aquello ni esto»
people dixit.