Las vísperas de difuntos son días de pasión y trajín. Es lo que tienen los fuegos fatuos.
El corral de los quietos, se pone como Pacha un sábado noche. Un momento buenisísimo pa lo del ligoteo.
Que si «no somos nada», que «la vida son dos días», que «siempre se van los mejores».
Y entre el ven que te consuelo y lo de aprovechar el momento, vemos un vacío legal para darnos a los placeres de la life.
Marilo, una experta en cortejo sepulturero oteando el percal.
Nosotras somos muy de nicho. Es la zona con más canalleo, de ladrillo remozado, más de barrio.
Donde esté un nicho bien alicatao, con sus flores y sus fotícos, que se quiten los panteones, que solo crían polvo y dan una de trabajo que pa qué.
Los vemos muy ostentoso y no somos de aparentar. Ni de limpiar.
«Amor y muerte, nada más fuerte»
Vox populi.