Después de tantas muestras de interés y, por qué no decirlo, cientos de emails rogándonos encarecidamente que hablásemos de esta figura retórica, tan denostada en esta sociedad que nuestra es, aquí está ella; la hipérbaton.
Ha llegado el momento que estabais esperando con anhelo, ansia y las bragas en la mano.
Es una figura literaria tan «de aúpa el Erandio» que se usa también en otras galaxias y con éxito similar, oiga.
Lo de alterar el orden de las palabras como si acabaras de salir del after, te lo borda igual Yoda que Góngora.

Ni que decir tiene, que a nosotras todo lo que sea alterar, la vida nos da y la vida nos lleva. Más nos gusta menear la sintaxis que un buen gintonic.
Y en esta apasionante etapa tenemos el placer y obligación, de presentaros a la mismitica reencarnación de nuestro Luis de Góngora y Argote.
Con Góngora, amigo fiel, por los suburbios un voltio dando. Acabaremos pillando.
Un auténtico PPP (perro potencialmente polisémico). Animalico, solo le falta hablar.
A Dios gracias compartimos con el cánido la inquina por la RAE, no deja una esquina sin marcar, el jodío chucho.
Post data.- El señor verde de arriba no es Pujol, no os llevéis a engaño.
«Ándeme yo caliente, ríase la gente». Luis de Góngora.