¿Quién mejor que una, sabe lo que su cuerpo serrano necesita?
NADIE.
Habiendo dejado claro el primer punto, casi no es menester divagar sobre el segundo.
Que consiste, en la ingesta de todas esas sustancias prescritas o no, a priori o a posteriori, por un facultativo o tu camello de cabecera, que tanto bien nos hacen, en esta época estival en la que nos encontramos o no.
Instantánea repasando el Vademecum.
-¿Que tienes tos? Fórmula 44.
-¿Que te da la flojera?, Optalidón.
-¿Que te has tronzao?, Linimento.
-¿Que te vas de baretas?, Fortasec.
¿Que no sabes pa dónde tirar?, lexatín (según caracteres), Nolotil ( esto va bien si o si), Prozac (cuarto y mitad), Txistorra , bogavante y Marie brizard (anissette) por celemines.
La susodicha tras la ingesta de todo lo citado anteriormente, sin receta, of course.
También es un buen momento para echar por la borda cualquier dieta, medicación y demás familia que hayamos perseguido durante el averno.
Nuestro particular homenaje a una mujer que fue una abanderada de nuestra causa.
¡No estamos todas, falta Carmina!
«Divinamente»
C.O dixit.