La palabra, esa gran fémina que nos lleva a un orgasmo permanente.
El sidecar de nuestros pensamientos y deseos más arcanos.
Esos vocablos que acarician y derriten nuestra sesera en las largas noches otoñales, con el crepitar del fuego en los hogares. Aaah… cuan es de grande tu estela, que cubre de infinito placer la majestuosidad del mismísimo coño.
El mismísimo coño y una servidora departiendo y gozando.
Siendo tan grupies como somos de todo lo que tenga que ver con hablar y despotricar de lo habido y por haber, no podíamos dejar pasar esta jornada tan chiripitifláutica.
23 N. Día internacional de la palabra.
La palabra, nos permite cosas maravillosas a la par que gratificantes.
Verbigracia; Insultar, halagar, cagarse en las putas muelas del personal, protestar, decir guarreridas, cantar, gritar… movidas tochas de toda índole.
«En la boca del discreto lo público es secreto»
Muy oído.