En mi búsqueda incansable de experiencias tórridas y lo que viene siendo el abrirse a otras las culturas, el destino (llámale Denzel ) me ha traído a estos parajes tan sepias.
Tras mi aventura galáctica, satisfactoria pero un pelín metálica, el cuerpo me pedía un refocile más palpable. Cachondona perdía me hallo.
Instantánea de Mari Domingi con un rebaño de pottokas a rayas.
Después de merendar unas gachas, el mi Denzel me ha llevado a pasear por las piezas de su propiedad. Frondosas, lo que es frondosas no son, pero está todo plagaíto de cebras.
Extasiada me he quedao con el estampado de estos cuadrúpedos y con su modus vivendi.
¡Qué jodíos! Se ponen a 65 K/h en lo que muge un ñu. Y en zig zag para más inri.¡Qué barbarie!
Por no hablar de que en un apagón no hay quien las tosa, pa eso tienen visión nocturna.
Pd.- Estoy valorando quitarme los pololos y ponerme una mosquitera en el gorro.
Hace una miaja calor, ya he adelgazao 3 kilos.